A partir de ese día Mefiboset se sentó a la mesa de David como uno más de los hijos del rey. 2 Samuel 9:6-11
A partir de ese día Mefiboset se sentó a la mesa de David como uno más de los hijos del rey. 2 Samuel 9:6-11
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” Proverbios 4:23
En un mundo que constantemente nos bombardea con la necesidad de una imagen perfecta, es fácil caer en la trampa de enfocarnos exclusivamente en lo externo. Nos preocupamos por tener la ropa adecuada, el coche más moderno y las fotos más envidiables en las redes sociales. Pero, ¿qué pasa con nuestro interior? ¿Estamos dedicando el mismo esfuerzo a cultivar nuestra vida interior?
Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 1 Pedro 2:4–5
Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 1 Corintios 13:12
Es natural que el ser humano anhele ser conocido, comprendido y amado
de una manera profunda e incondicional. Sin embargo, a menudo buscamos
esta seguridad en lugares equivocados: en las opiniones de los demás, en
nuestros logros o posesiones, incluso en la imagen idealizada que
proyectamos al mundo. Pero la verdadera paz y seguridad provienen de un
lugar mucho más profundo y duradero: ser conocidos por Dios.