Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 1 Corintios 13:12
Es natural que el ser humano anhele ser conocido, comprendido y amado
de una manera profunda e incondicional. Sin embargo, a menudo buscamos
esta seguridad en lugares equivocados: en las opiniones de los demás, en
nuestros logros o posesiones, incluso en la imagen idealizada que
proyectamos al mundo. Pero la verdadera paz y seguridad provienen de un
lugar mucho más profundo y duradero: ser conocidos por Dios.