Agradando a Dios en todo

Para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder… (Colosenses 1:10-11)

El deseo de cada creyente en Cristo debería ser agradar a Dios. Si hemos sido objeto de su amor y de su gracia, lo menos que podemos hacer es vivir para agradarle.

No obstante, surgen las siguientes preguntas: ¿Qué es agradar a Dios?, y ¿Cómo agrado a Dios?

Verdadera Prosperidad

En el ámbito cristiano, la palabra “prosperidad” ha sido objeto de interpretaciones erróneas y enfoques distorsionados. A menudo se asocia únicamente con riquezas materiales, ignorando la dimensión integral que este concepto engloba en las Escrituras.

En esta entrada reflexionamos sobre la verdadera esencia de la prosperidad a la luz de la Biblia, desmintiendo mitos y enfocándonos en la visión completa que Dios nos ofrece.

Olvida las Vanidades

En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa, si no de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo. Para nada cuenta estar o no estar circuncidados; lo que importa es ser parte de una nueva creación. Gálatas 6:14-15

¿Te has sentido alguna vez como si no fueras suficiente? ¿Como si tuvieras que hacer más, ser más, para alcanzar la aceptación de Dios? Es una trampa en la que muchos caemos, incluso aquellos que ya conocemos a Cristo.

El Rey vuelve a la vida

Juan 20:1-23

Vivirá por largos días (Is 53:10)

Para los mortales el milagro de la resurrección es increíble por naturaleza, por eso «no las creyeron». Esto ocurrió no tanto por su ignorancia como para nuestra no-ignorancia, si así puede decirse. La resurrección se dio a conocer a aquellos, por medio de pruebas incontestables, porque dudaban de ella. Pero cuando nosotros leemos todo esto, lo creemos con más firmeza, basados en la duda de aquellos. (BEP) 

La muerte del Rey

Lectura: Lucas 23

Por arresto y por juicio fue quitado (Is 53:8).

Al tribunal romano no le interesan cuestiones religiosas (Hch 18:14sa; 23:29; 25:18ss). Por esto, la acusación contra Jesús debe formularse políticamente, y las reivindicaciones religiosas de Jesús deben interpretarse también políticamente: su predicación ambulante se explica como subversión del pueblo, su reivindicación de mesianidad como alta traición. Contra el emperador romano, que en Oriente es denominado rey. (BEMPE) 

Un mundo sin pascua

Durante su última comida con los discípulos antes de su arresto, Jesús trató de explicar los trascendentales cambios que se estaban produciendo. Juan 13-17 registra gran parte del diálogo, en el que Jesús predice el futuro. “Uno de ustedes me va a traicionar”, dice, e identifica al culpable. Les dice que él, su líder, se marcha, pero no realmente; en cierto modo estará aún más cerca. Más que nunca antes, deja clara su identidad, lo que hace que Felipe se quede perplejo ante la sensacional afirmación: “Cualquiera que me ha visto a mí, ha visto al Padre”. 

Sin el Evangelio


Sin el evangelio,
todo es inútil y vano;
Sin el evangelio,
no somos cristianos;
Sin el evangelio, toda riqueza es pobreza,
toda sabiduría locura ante Dios;
la fuerza es debilidad,
y toda la justicia del hombre está bajo la condenación de Dios.